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domingo, 18 de abril de 2010

Letal Silence .~

Un ruido me hizó despertar; solté una risita al darme cuenta de que me encontraba sentada en una de las sillas de atrás, en la universidad todo era asi, si tu querias estar atenta lo estabas, pero lo raro era que yo siempre habia sido una chica bastante atenta, pero desde el inicio del curso me encontraba asi, revoltosa como las abejas en primavera, o como los niños en verano cuando querian ir a la piscina y sus madres no querian llevarlos...
Y esto era por aquel chico sentado dos filas mas para abajo, su mirada era clara y penetrante, y cuando me miraba me hacia sentir diferente, incluso unica en el mundo.
Pero todo debia ser demasiado irreal para que tu te fijaras en mi, tu sitio estaba con ella, aquella chica que ocupaba la silla de tu lado, suspiré cansada mientras recogía las cosas y salí de alli sin prestar atencion a las miradas de mis compañeros sobre mi.
Después de atravesar el largo y solitario pasillo llegué a mi taquilla, la 19, era mi numero favorito y habia tenido la suerte de haberlo podido elegir al principio, al abrirla las fotos de todas y cada una de mis amigas se iluminaron con la luz que entraba por los ventanales, y detrás de una de las fotos habia una tuya, era de aquel dia que te nombraron capitan del equipo, todos os habiais hecho una foto para recordar ese dia, y uno de mis amigos me habia encargado hacer la foto, al principio me dió verguenza, pero hice la foto y luego la coloqué junto a mis seres queridos...dentro de mi taquilla.
Mientras me dirigia hasta el campo escuché como se abria la puerta, pero no me giré, total no seria nada importante, porque nadie solia tenerme en cuenta solamente cuando habia que entregar algun trabajo, o para ayudarles con los ejercicios.
Me senté en una de las gradas y por mi mente pasó mi mejor recuerdo, el dia del ultimo partido de la temporada pasada, estaba a punto de terminar y perdiamos por un punto, entonces le pasaron la pelota a mi capitan y el nos dió el punto de la victoria, entonces tu mirada recayó sobre la mia, y una sonrisa apareció en tu rostro, haciendo que me sonrojara como una niña pequeña.
Moví la cabeza intentando despejarme de aquel recuerdo cuando tocastes mi hombro, no me hizo falta girarme para saber que eras tu, el olor de tu colonia te habia delatado, y no me habia dado tiempo de pensar algo que decirte o como comportarme cuando me hablaras.
- Hola .- dijistes sonriendo, tu voz me sonaba a musica celestial, y mi corazon latia con mas fuerza cuando te sentastes a mi lado.
Ella no estaba, y eso me hizo sentirme un poco mejor.
Solamente sonreí, no sabia que decirte, y no queria estropear la relacion que todavia no teniamos, y parece que aquello te molestó porque tu sonrisa desaparecióde repente.
- Si estas esperando a alguien puedo marcharme por donde vine .- añadió friamente, queria que decirle que no, que llevaba tres años esperandole a el, cada dia y a esa misma hora, sentada en aquella fria grada, esperando el momento en que se sentara a mi lado y me hablara.
- Puedes quedarte si quieres .- susurré en un hilo de voz, entonces girastes la cabeza hacia mi y volvistes a sonreir.
Tu mano se fue acercando lentamente hasta mi rostro, y apartó con suavidad el mechon que caia sobre el, dejando a la vista mis mejillas sonrojadas por ti.
- Yo no la quiero .- fue lo unico que dijo, levanté mi cabeza y mis ojos se encontraron con los suyos, en ese momento mi esperanza volvió de nuevo, pero al instante volvió a caer en picado...el no podria fijarse en mi, nunca lo haría...
Aparté su mano de mi pelo, y me levanté intentando aguantar las lagrimas por los menos hasta que tu no me vieras, bajé rapidamente las escaleras y me encontraba atravesando el campo cuando volví a escuchar tu voz.
- LA CHICA A LA QUE QUIERO ERES TU, ¿POR QUE NO PUEDES CREERME? .- chillastes, me paré en seco al escuchar esas palabras, era imposible, seguramente yo misma lo habria imaginado, pero entonces me agarrastes del brazo y me abrazastes con fuerza.
- Llevo años amandote, y nunca me he atrevido a decirtelo .- murmuró, de repente el cielo empezó a oscurecerse y las nubes aparecieron al instante, empezó a llover, pero no me importó, solo pensaba en aquel sentimiento que acababas de admitir.
Sonreí y me atreví a besar tus labios, y no me importa lo que opine la gente, pero quiero revivir ese beso una y otra vez en mi cabeza, pero eso ya no hará falta, porque revivirá cada vez que me digas que me amas

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