Seguidores

domingo, 25 de abril de 2010

Dulce Sophia..

La luna alumbrababa las cristalinas aguas del precioso lago, se reflejaba en ellas como si de un rey que preside una sala se tratara. Y así era él ... resplandeciente y carismático, como todo hombre perteneciente a la corona. El princípe poseía unos hermosos ojos verdes que mostraban una persona triste y sola.
Apesar de lo que sus ojos reflejaban, él era duro y desconsiderado con los demás, hacía bromas de mal gusto e incluso alguna que otra vez había sido el causante de desdichas de sus padres. Tenía una actitud chulesca y maleducada, pero este era feliz en su ignorancía porque poseía algo valioso para él ... su ego. Mientras tuviera eso, su belleza, y su poder nada podía fallarle.
Y ella era totalmente lo contrario, era confiable y bondadosa, y no tenía nada de lo que el princípe estuviera orgulloso, por eso la joven doncella se pasaba las noches enteras llorando, en su fría y pequeña habitación del palacio. La muchacha le quería, pero dudaba de que este la quisiera a ella, una simple criada de su castillo.
Hasta que un día se cruzaron en uno de los inmensos pasillos, los ojos del chico se fijaron en ella, en su largo y cuidado cabello oscuro. Ella le miró con verguenza y bajó la cabeza con rapidez, escondiendose donde pudo. Desde allí escuchaba a su amado hablar con la reina, esa mujer hermosa y simpática, este la decía que quería deshacerse de todas las doncellas, que no quería tener nadie que cuidara de él.
Al escuchar esto, la joven salió corriendo hacia el pequeño dormitorio, se tiró sobre la incómoda y dura cama y se puso a llorar, como tantas otras noches había hecho. Un ruido la despertó y se dió cuenta de que se había quedado dormida en pleno lloro, se levantó con cuidado para abrir la puerta, entonces se quedó parada sin saber que decir al ver el alto cuerpo que impedia su paso. Su principe.
"Quería que te fueras solamente porque pensaba que asi dejaría de pensar en tí, pero no puedo dejar de hacerlo, hay una cosa que quiero pedirte desde hace mucho tiempo joven muchacha ... ¿quieres casarte conmigo?" .- susurró el principe, ella solo sonrió y se abrazó a él, besando segundos después sus labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario